SOBRE MÍ
Muchos me preguntan si Juan Luna es mi nombre artístico pero no, me llamo así.
Nací en un, imagino, caluroso agosto y en la infancia la música era sólo una cosa más en mi vida. A los 15 años descubrí que había un señor llamado Alan Stivell que tocaba el arpa, la gaita y, además, era el rey de los celtas.
Ahí descubrí que también quería ser celta.
Al poco tiempo conocí Irlanda, Asturias, Galicia… y ahí empezó todo.
Tras muchas peripecias, encargué una gaita que todavía me acompaña. Cuando me llegó tuve que aprender a tocarla… y así fue como comencé a recorrer un camino en el que todavía sigo.
Al poco de iniciarlo sentí la necesidad de enseñar y ayudar a los demás a como ir por él.
Después de todos estos años dedicándome a la música y a enseñar a los demás he vivido muy buenos momentos (también malos pero ese es otro tema).
Pero no solo de gaita vive el hombre…
Hace muchos años descubrí una joya en una tienda de discos de segunda mano de Madrid.
Los discos estaban en cajas de fruta y en una vi un disco de Davy Spillane, un gaiteiro y flautista irlandés desconocido para la mayoría de los mortales. Aparecía en la portada con un pañuelo japonés en la cabeza y con cara de éxtasis tocando un instrumento desconocido para mí. El caso es que lo compré a ciegas (en aquellos tiempos el CD todavía no existía).
Descubrí así el fascinante mundo del low whistle y la uilleann pipes o gaita irlandesa. Y desde entonces estoy enamorado de esos instrumentos.
¿Sabes lo que es una zanfona? La zanfona es otro instrumento apasionante y muy similar a la gaita. Empecé a tocarla hace unos años y me encanta desentrañar sus secretos y transmitirlos a los demás.
Toco en grandes y pequeños auditorios, con grandes y con humildes músicos y
¿Sabes qué?
De todos ellos aprendo mucho…
Quiero saber y conocer el por qué de las cosas y transmitirlo al mundo.
Pasé de tener trabajos de los más variopintos a dar clases gaita el día que decidí ser libre y, de paso, feliz.
Sí, lo dejé todo para dedicarme sólo a la gaita.
Me llamaron chalado (no daban un duro, perdón un euro por mí) y mi madre ya me había dado por imposible pero me dió igual.
De esto hace más de quince años y cada día al despertarme doy las gracias por ser libre y feliz.
En 2011 creé A Píntega Marela, un sitio para ayudarte a ser feliz y a estar rodeado de amantes de la música como tú.
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